Las musarañas son los sueños colgados que miro y admiró mientras los demás preguntan dónde estoy

miércoles, 30 de marzo de 2011

Amorosa anticipación (J.J. Borges)

Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña, ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios serán favor tan misterioso como mirar tu sueño implicado en la vigilia de mis brazos. Virgen milagrosmente otra vez por la virtud absolutoria del sueño, quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige, me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes. Arrojado a quietud, divisaré esa playa última de tu ser y te veré por primera vez, quizá, como Dios ha de verte, desbaratada la ficción del Tiempo, sin el amor, sin mí.

domingo, 6 de marzo de 2011

Mis hermosas musarañas me han soñado. Por eso estoy aquí creciendo con esta luna. Al ritmo de un maullido, de una ola, de un viento suave que me sacude toda esta realidad que no es.
Quiero seguir soñando.

jueves, 25 de noviembre de 2010

Crei que habría aprendido algo, después de esta distancia
entre el espejo y yo.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Escribo... sin saber muy bien que voy a decir... los sueños me avisan... encuentro tiempo por fin... bueno no es cierto... me dan tiempo... me regalan mi propio tiempo.... curioso... triste.... revelador...
Sueño con nombres que no están conmigo... sueño con ausencias que me hacen llorar...
Necesito llorar.
Gracias.

martes, 10 de agosto de 2010

No quiero inventarte.

Profanar lo que eres.

Mover tu mundo.

No me apetece

discutir con mi sombra sobre cómo

te enfrentas al día

recién amanecida. Si te gusta

el yougur por las mañanas

o prefieres un buen café

cargado de nostalgia.

Si acaso recuerdas

el color de tus sueños

o eres de las que olvidan

las fechas,

los nombres,

las heridas.

Si te detiene siempre

un semáforo en rojo

o eliges las esquinas

dobladas de la noche

para cruzar el tiempo.

No sé.

Resulta extraño imaginarte

abrazando la luna,

temblando de frío,

llorando de placer,

muriendo de amor levemente.

Pensar que tal vez

seguamente tu infancia

fue hermosa,

poblada de olores,

de extrañezas,

de palabras graves,

de silencios agudos,

de cuentos para dormir bien,

de terrores ocultos

tras largos pasillos.

Que es probable que rociases

tus veranos con magia

o escondiese bajo los abrigos del invierno

una tristeza antigua

que aún hoy no entiendes bien.

Ignoro por qué

apalabro un asombro

que se basta a sí mismo.

Qué sentido tiene

que atesore las citas,

las conversaciones,

los versos entregados

y tus ojos tranquilos

que me miran a veces

confiados,

sin prisas,

desnudos de estrategias.

Me asusta tu cercanía.

Sentir que puedo rozar tu nombre

sin necesidad de añadir un adjetivo,

un verbo,

una razón.

Contar con la certeza

de que ya me duele tu ausencia

dulcemente, que existe un vacío

de más de media hora

que he cargado a tu cuenta

sin pedirte permiso.

Sin embargo,

y sobre todas las cosas,

me alegra tu alegría.

Leer en las líneas de tu mano

un destino escrito con tu letra.

Saber que el horizonte

que dibujan tus labios

tiene el sabor de la locura recién amanecida

de lo incierto,

de lo que está por venir.

viernes, 30 de julio de 2010

No sé que ofrecerte a cambio
de tu sonrisa.
Esta noche no tengo chistera
de la que extraer bellas musarañas.

lunes, 26 de julio de 2010


Ven.
Déja que tu piel me hable
sin que tú la interrumpas.